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Sabiduría oriental

Los antiguos filósofos orientales ya mostraban, hace miles de años, un profundo interés por la capacidad del ser humano para conocerse a sí mismo y comprender a los demás.

Siglos más tarde, ésta sigue siendo una asignatura pendiente en nuestra sociedad occidental.

La psicología actual nos habla de que el primer peldaño para una autoestima real es conocernos.

Sólo mediante este conocimiento podremos subir a los siguientes peldaños de la escalera que son: valorarnos, aceptarnos, respetarnos para finalmente querernos.

El querernos es la base para poder amar, querer y aceptar de forma saludable a los demás.

Paradójicamente, y a pesar de la importancia de este hecho, en nuestra cultura y en nuestros sistemas educativos raras veces  nos preparan para desarrollar capacidades de introspección y de aceptación.

No hemos aprendido a entrar en nosotros sin una actitud enjuiciadora.

Por ello no es raro que lleguemos a la madurez sin saber realmente quiénes somos, qué queremos, qué sentido tiene nuestra vida. Peor aún, es cuando llegamos a esta etapa madura con el peso de juicios opiniones y expectativas no cumplidas que los demás han proyectado  sobre nosotros y no siempre de forma acertada ni saludable.

Todo lo que vemos fuera es sólo un reflejo de nuestro interior, de lo que pensamos y lo que sentimos.

No existe una única realidad, sino diferentes percepciones e interpretaciones de la misma. Las personas que se conocen, se aceptan y se quieren, muestran una mirada más compasiva y comprensiva sobre sí mismos y sobre los demás que aquellas a las que todavía les queda este camino por hacer.

Conocernos es pues un reto que no deberíamos  eludir porque es la base de nuestro bienestar emocional  y de nuestras relaciones con los demás.

Este entrar en nosotros mismos se debe hacer de una forma amable, sin miedo y con la misma comprensión, cariño y paciencia que ponemos cuando intentamos entender lo que un niño pequeño, que todavía no habla bien, nos quiere decir.

Los antiguos filósofos orientales nos dejaron una valiosa llave para entrar en este conocimiento propio y de los demás.

Estos conocimientos ancestrales han sido recopilados e interpretados por Yào para aportar herramientas muy útiles y prácticas en el conocimiento de nosotros mismos y de los demás desde una nueva perspectiva.

Y es que toda actividad humana, para que sea enriquecedora y satisfactoria, nos pide cada vez más la habilidad del autoconocimiento y la comprensión de los demás.

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