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A lo largo de los días, vamos acumulando tensiones físicas y psíquicas. Estas, lo queramos o no, se graban en el cuerpo. Esto hace que los músculos se sobrecarguen, se contraigan, volviéndose cada vez más rígidos y nuestras articulaciones menos flexibles.

Por otro lado, en nuestro día a día, está muy reducida en general la actividad física: nos movemos de casa a la oficina en coche, transporte público.. y allí pasamos muchas horas sentados. Después, en el caso de que practiquemos algún deporte, sometemos a una musculatura que ha pasado muchas horas sin hacer esfuerzo alguno, a una actividad a veces tan intensa, que incluso puede  resultar contraproducente.

Una de las formas más sencillas de evitar el dolor como consecuencia de la tensión física y psíquica a la que sometemos nuestro organismo es a través del masaje.

El masaje devuelve a los músculos y a las articulaciones su movilidad natural y nuestro cuerpo gana en flexibilidad, física y mental.

Todos los procesos mentales y los pensamientos tienen una relación directa con la tensión de nuestra musculatura.

Cuando el terapeuta influye sobre esta tensión muscular, relajándola, afectará, ipso facto y en el mismo grado, a sus pensamientos.

A lo largo de mi experiencia como terapeuta, he visto a muchas personas llegar a la consulta, además de con dolor, razón por la que acuden, con problemas, preocupaciones, cansancio, estrés. A pesar que durante el masaje ni siquiera o apenas hablamos de ello, cuando termina la sesión, sé que salen con el mismo problema con el que entraron…pero también sé que  la percepción del mismo ha cambiado, porque la rigidez de su cuerpo y por tanto la de sus  pensamientos también ha cambiado.

Algo que no hacemos normalmente es preguntarnos, cuando algo nos duele, qué es lo que está provocándonos ese malestar.

Nuestro cuerpo es nuestro amigo y un perfecto aliado que nos alerta, a través de señales de dolor, de que algo no anda bien. Si lo acallamos, probablemente podremos funcionar durante un tiempo sin molestias, pero a buen seguro el dolor vuelva a aparecer.

Si  escuchamos  a nuestro cuerpo y vamos al  origen del dolor, será la única llave que abra la puerta a la verdadera curación.

Uno de los problemas más frecuentes que aparecen en consulta son las cefaleas tensionales. Es un dolor de cabeza,  provocado por la contracción mantenida de grupos musculares que se insertan en la parte superior de los hombros, el cuello y el cráneo. La contracción de estos músculos generalmente está generada por sobrecargas, tanto posturales, como emocionales. Se da especialmente en personas que conducen durante muchas horas, que usan el móvil de manera continua, pasan mucho tiempo sentadas en una oficina delante de un ordenador y/o personas que  están sometidas a altos niveles de estrés. También en  personas muy responsables y con altos niveles de exigencia sobre sí mismas.

El masaje puede ser una gran ayuda para descongestionar toda esta zona, pero además se deberán establecer pautas como estirar y mover esta musculatura cada 45 minutos, realizar un automasaje en esta zona, hacer descansos, etc. En  el caso  de que estas cefaleas aparezcan con frecuencia no queda otra solución que afrontar el muy posible origen emocional de este dolor.

Tomemos conciencia de que lo físico y lo mental van siempre unidos. Démonos tiempo para escucharnos y tomemos conciencia de que:

masaje cráneo sacral en yào murcia

Lo que altera nuestro equilibrio emocional, el cuerpo lo escucha y lo refleja avisándonos de que tenemos que cambiar.

DILE ADIÓS A TU MALESTAR FÍSICO Y MENTAL

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